Se cumplen siete años del velorio a los vecinos. Todavía siguen muertos…
Un 21 de junio, pero del año 2013, todos nosotros velábamos a Independiente en el Cilindro. Una fantástica moción y festejo, que se dio en complicidad de los dirigentes, pero que recurrió al siempre presente folclore del fútbol. Ganó Racing, se apagaron las luces del estado y aparecieron cargadas inolvidables para los vecinos, que todavía siguen bien muertos…
Racing goleó 3-0 a Unión, con goles de Luciano Vietto, Diego Villar y Ricardo Centurión. Pero el resultado quedó a un lado y la gente, una vez más, se hizo protagonista en el Cilindro de Avellaneda. Marcha fúnebre, corte total de luz y gritos desaforados contra los vecinos, que lastimosamente (para ellos) se convirtieron en el hazmerreír del fútbol argentino.
Pero eso no fue todo: nos remontamos 45 minutos antes y la fiesta fue total. Fantasmas, humo negro, fuego y éxtasis total. La gente de Racing protagonizó un verdadero velorio futbolístico, a un club que continúa bajo tierra. ¡Qué fiesta!
Se cumple un nuevo aniversario de su descenso y la fiesta de Racing siempre quedará marcada. Y hoy, siete años después, la historia sigue igual. Ellos, con embargues, deudas y manejos institucionales extraños. Nosotros, bueno… ¡Siempre por encima!
