El volante de la Selección contó el sinsabor que le quedó tras hacérsele esquivo el torneo continental.
Rodrigo De Paul tuvo, hasta el momento, dos etapas en la institución. La primera, en la que le tocó debutar bajo la dirección técnica de Luis Zubeldía, y la segunda, en 2016 en un gran momento del equipo, que hacía poco se había coronado a nivel local y había juntado en el plantel a dos de sus máximos ídolos: Diego Milito y Lisandro López.
Aquella temporada, en la que comenzó Facundo Sava sentado en el banco de los suplentes, era sumamente auspiciosa para la Academia. Milito, López, De Paul, Roger Martínez, Acuña, un joven Lautaro Martínez que hacía sus primeras armas en primera, entre tantos otros grandísimos futbolistas que componían la nómina del plantel. ¿El foco principal? La Copa Libertadores de América.
El semestre concluyó muy lejos de lo esperado. Racing quedó afuera de la Copa en octavos de final contra Atlético Mineiro, y perdió una final nacional, en el Cilindro ante Lanús: “Yo volví para compartir plantel un tiempo más con Diego (Milito) y para luchar la Libertadores”, contó el ex jugador de la Academia en Racing Play. “Podríamos haber ganado esa Copa”, confesó entre lamentos.
