De príncipe a rey.
Diego Alberto Milito no volvió porque era un ídolo, volvió porque quería convertirse en uno. Por supuesto era un jugador amado por todo el hincha académico, por lo obtenido en el año 2001 junto al equipo de Mostaza Merlo y además por lo bien que nos representó como embajador del club a nivel mundial. Sin embargo, faltaba la coronación definitiva: un campeonato en su segundo ciclo en club, como capitán del equipo. Luego de esa conquista, el príncipe se convirtió en rey.
El 21 de Mayo de 2016, Racing afrontó el último duelo correspondiente al campeonato local, lejos de la pelea por los primeros puestos, aunque nada importó aquella jornada. Los hinchas explotaron el Cilindro para ir a agradecer y a despedir, la carrera futbolística del máximo ídolo contemporáneo: Diego Alberto Milito. En un encuentro que terminó 2 a 0 y en el cual, el emblema convirtió el primer gol de La Academia, llegando a 22 conquistas en total, desde su retorno en 2014.
Durante el minuto 22 del encuentro, se produjo lo que hasta el día de hoy es el mejor homenaje de la historia del fútbol argentino a un jugador. Utilizar el minuto exacto del juego vinculado a su dorsal característico y adular durante el desarrollo mismo del partido, al jugador más amado por todo el hincha. Sin dudas, la emoción en el rostro de Diego Milito, fue una caricia al alma de todos los corazones celestes y blancos.
Como jugador, Diego disputó 222 partidos con la camiseta de Racing (el número es increíble), y convirtió 59 goles. Obtuvo el título Apertura 2001 y el Torneo Transición 2014. Actualmente es el Manager de la institución, y en su nuevo puesto ya sumó las conquistas de La Superliga 2018/2019 y el Trofeo de Campeones 2019. Sin lugar a dudas, Diego Milito es único. Literalmente único. Porque Milito… hay uno solo.
