Un ídolo de la Academia reconoció que no tenía buena relación con el Uruguayo, aunque adentro de la cancha la rompían juntos.
Dentro de cualquier plantel de fútbol existen los problemas de egos. Sobre todo, si se trata de figuras rutilantes que se identifican ampliamente con los colores de un club. En la década del 90, este problema existió en Racing entre dos jugadores de enorme categoría, que terminaron comprobando que una mala relación fuera del campo no inhibe a las buenas complementaciones dentro de ella.
En diálogo con Racing de Alma, el Claudio García confesó que en sus primeros años en la Academia, su relación con otro gran ídolo del club no era la mejor. “Con Rubén Paz casi ni nos hablábamos. Disfrutaba mucho jugar con él, pero cuando yo llego a Racing, estaban los celos tontos de ver a quién coreaban primero. Era ese celo inútil. Él me la daba igual y me dejaba solo con el arquero. Y yo, que a veces era un hijo de p… no lo abrazaba, je”.
Por su parte, el Turco admitió que ahora el uruguayo forma parte de la lista de sus amistades más importantes. “Ahora somos amigos y hablamos seguido. Estoy muy feliz de haber compartido una cancha con él y de tener su amistad. Con Rubén, si yo no llegaba, la pelota me esperaba cuando me la tiraba. Era un crack, el mejor jugador que yo vi en Racing”, aseguró el ex delantero.
Además, el Turco García explicó que uno de los momentos que más disfrutaba en sus tiempos de jugador era el de dar un pase de gol o asistir como el Uruguayo. “Me sentía muy feliz cuando el otro definía por un centro mío. Pero muy feliz. Ver cuando el otro saltaba y hacía el movimiento para cabecear y entraba, era lo máximo. Como ese que le tiré de zurda a (Carlos) Torres contra Independiente, que la mete después con la plancha. Yo disfrutaba mucho de eso“, afirmó.